Las motos personalizadas vienen en todas las formas y estilos, pero de vez en cuando, alguna tiene una historia detrás. Conoce a Alfonso, una moto personalizada extraordinaria, basada en una BMW R100RT, que Wido Veldkamp de WIMOTO construyó, no solo como una muestra de sus habilidades, sino también como un homenaje a su difunto padre.
Durante más de una década, Wido ha fabricado piezas de motocicleta personalizadas con ingeniería de precisión en su taller totalmente equipado, especialmente subchasis para café racers. Pero Wido no solo diseña y construye motos, ¡es un ingeniero de pleno derecho que también construye las máquinas que las construyen! Su taller está lleno de máquinas CNC y otras herramientas de fabricación que él mismo ha fabricado o modificado considerablemente para adaptarlas a sus necesidades.
Así que, tras la crisis de las café racer, empezó a explorar todo tipo de motos personalizadas, como bobbers y scramblers. Y luego, para sí mismo, decidió construir algo completamente diferente: una moto única que destacase del resto.
Llega Alfonso. Lo que empezó como una R100RT abandonada se convirtió en una llamativa máquina artesanal que es todo menos común.
Wido desarmó la vieja BMW y se puso manos a la obra. En la parte delantera, cambió la horquilla de serie por una horquilla de viga de su propio diseño, cuidadosamente diseñada y fabricada a mano con tubos robustos. En la parte trasera, la cosa se complicó aún más. Para montar un neumático trasero más ancho, tuvo que desplazar toda la sección trasera y realinear el cardán, una tarea compleja. Mediante diseño y fabricación en 3D, creó un impactante basculante trasero de estructura abierta que deja al descubierto el cardán dentro de una estructura elegantemente curvada. El chasis, las ruedas y el motor se revisaron por completo y se pintaron con pintura en polvo de un elegante gris para el motor y las ruedas, y de un llamativo color bronce para el chasis.
Con el chasis rodante completo, llegó el momento de crear la carrocería. Y para hacer realidad lo que había imaginado y diseñado, Wido tuvo que esculpirlo todo él mismo. Pegó paneles de aislamiento de espuma, los talló, lijó y les dio forma, y luego usó eso para moldear la carrocería de fibra de vidrio final. El proceso le llevó más de 1,000 horas: ¡pura dedicación!
Alfonso está repleto de detalles únicos. Los faros dobles se ubican a ambos lados de la horquilla, cubiertos por tapas de fibra de vidrio personalizadas que Wido moldeó cuidadosamente mediante modelado 3D, prototipado y moldeado. El manillar, también de fabricación propia, integra un tablero impreso en 3D a medida con luces de advertencia y un velocímetro minimalista.
Toda la bicicleta tiene un aire industrial y futurista, mezclando ingeniería de la vieja escuela con fabricación moderna.
Alfonso ya ha acumulado varios premios, incluyendo el de "Mejor Roadster" en el Campeonato Europeo de Custombikes, celebrado durante el CUSTOMBIKE-Show en Bad Salzuflen, y ha participado en varias ferias de motos prestigiosas. Pero lo más importante es que ha contribuido a que el trabajo de Wido gane aún más reconocimiento, con aficionados a las motos de todo el mundo interesados en sus propias creaciones personalizadas.
Y el nombre Alfonso no es algo que Wido eligió al azar, sino un homenaje a su padre, Alfons. Su padre, un gran defensor del trabajo de Wido, pasaba mucho tiempo en el taller, ayudándole siempre que podía. Lamentablemente, falleció antes de terminar la moto, así que Wido le puso su nombre al proyecto para recordarlo.
Así que Alfonso no es una moto personalizada cualquiera: es personal. Un homenaje a un padre, una muestra de artesanía seria y una declaración de que las motos personalizadas no tienen por qué seguir las tendencias para ser geniales.